sábado, 31 de octubre de 2015

Muddy Waters y Howlin' Wolf. Ejemplos del blues en Chicago. (Primera Parte)


De la Gran Depresión al Sueño Americano




· Los años 40


Antes de conocer el blues de Chicago tal y como lo conocemos hubo una serie de cambios que impulsaron que el Blues pasara del campo a la ciudad, de ser un género musical minoritario a un género mayoritario, con alcance en radios y televisiones y que en la década de los 50 atravesara fronteras conquistando Europa; y que de ser un género exclusivamente racial, se convirtiera en un género de masas cuyos mayores consumidores, fieles seguidores e imitadores fueran sorprendentemente los blancos.
A finales de los años treinta y principios de los 40, el mundo estaba asolado por una gran recesión económica: la llamaron La Gran Depresión.
En 1940 Franklin Delano Roosevelt fue reelegido por tercera vez como presidente de los EEUU y creó el comité para las prácticas de un empleo justo. La idea era investigar y destapar la discriminación en el trabajo. Amplios sectores del sur se saltaban la ordenanza a la torera y en las zonas donde sí la aplicaban se producían importantes casos de violencia racial. En 1942 el comité se transformó en la comisión para la industria de guerra.
Durante la II Guerra Mundial la industria americana se centró en el esfuerzo militar. Desde 1942 hasta 1946 no se produjo ni un solo automóvil, pero si se produjeron, corrigieron, adaptaron y alimentaron las armas de la industria militar con asombrosa velocidad. La industria de guerra creó nuevos puestos de trabajo y progresivamente la nación fue quitándose el lastre de la recesión. El empleo militar provocó la migración de muchos afroamericanos hacia la industria y las ciudades, abandonando los campos. También este abandono de los campos fue debido a la industrialización de estos, ahora una máquina podía cosechar el algodón de 50 personas en el Delta.
Los años 40 lograron ampliar el espectro musical reflejando la contraposición entre las penurias de la guerra y la recuperación económica y la reconstrucción. La música blues, junto al jazz y todos los estilos musicales y formas de arte, prestaron servicio al país durante la II Guerra Mundial como propaganda y como bálsamo social. Las tendencias de la década pasada no desaparecieron repentinamente, pero fueron susceptibles de cambios. Los jóvenes artistas del Delta del Mississippi llegaban a Chicago y a Memphis añadiendo ritmos más rápidos y modulados al viejo y rústico repertorio, subiendo el tempo y allanando el camino para nuevos registros musicales, la música blues entró en una nueva era.
Los cambios también llegaban a la industria discográfica. En 1940 se creaba el registro de la propiedad BMI (Broadcast Music Incorporated), que significaría la posibilidad de salir adelante para los músicos negros, descaradamente ignorados anteriormente por la clásica ASCAP, asociación Americana de autores Editores y compositores.
Como el BMI estaba ansioso por ampliar su catálogo de títulos, decidió adelantar capital a los sellos de las compañías que publicaran a sus artistas afiliados, esto abrió las puertas a las jump bands y a los cantantes de blues. Muchos sellos se especializaron en la música negra, como el blues, el jazz y el góspel. Ejemplo de sellos: Aladdin, Savoy y Modern.
La revista Billboard que estudiaba la progresión de la venta de discos estructuró el fenómeno de la música negra, en 1942 se la llamaba Harlem Hit Parade. En 1945 era la Race Records y en 1949 a toda esta corriente musical se la llamó Rhythm and blues.
Los artistas que más triunfaban en estos años eran John Lee Hooker, Big Joe Turner, T-Bone Walker y sobre todo fue la edad de oro para el saxofón y bandas cuyo solista fuera un saxofón.
En cambio el blues rural clásico que conocíamos del Delta se fue diluyendo poco a poco y ya nadie prestaba atención a esos artistas rurales.

 Big Joe Turner, Shake, Rattle & Roll



· La década de los 50


Los años 50 son la década dorada del blues, cuando alcanza su máxima expansión. Los EEUU gozaban de una gran expansión demográfica, así como crecimiento en campos como la automoción, la televisión o el desarrollo urbano y suburbano y el país empezaba a divulgar sus productos culturales por todo el mundo.
En los 50 se apoyó un programa de desarrollo de autopistas con la intención de hacer el país más accesible en coche y de rebote esto facilitó a los músicos sus desplazamientos. Largas autopistas cruzaban el país de costa a costa. Comenzaban los movimientos antisegregacionistas y por la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
En todas las ciudades importantes del país, por lo menos una emisora de radio reproducía música negra a diario y los adolescentes blancos comenzaban a consumir cada vez más este tipo de música. A finales de los 50 las discográficas comenzaron a re-mezclar y versionar temas de R&B con artistas blancos.
En la radio, la celebridad de los pinchadiscos fue en aumento al convertirse en piezas fundamentales para transmitir el R’n’R.
Los pequeños sellos que habían surgido en los años 40 eran ahora potentes industrias discográficas todopoderosas, éstas pagaban a los disc-jockeys para que pincharan canciones concretas, de manera que los temas afroamericanos coparon las listas con mayor frecuencia.
Los músicos especializados en el country-blues habían sido apartados con el advenimiento de los nuevos acontecimientos.
El resurgir del blues y su popularidad se debieron en parte a los recién creados LP. Hasta 1950 la velocidad de los discos era de 78 r.p.m. y la introducción en 1948 de los de 45 y 33 r.p.m. ganó terreno a partir de 1951, año en que Atlantic presentó el primer sencillo en este formato. Otros sellos  como Chess, no lanzarían un LP de blues hasta 1958. Al final de la década, las 78 r.p.m. casi se habían desvanecido y los LP empezaban a imponerse.

T-Bone Walker, Goin to Chicago



· Chess Records




La familia Chess procedía de Polonia y formaron parte de las oleadas de inmigrantes judíos que llegaron a EEUU en las primeras décadas del s. XX
Los principios para adaptarse a su nuevo hogar fueron difíciles por el idioma y las costumbres. Cambiaron sus nombres polacos: los Czyz se convirtieron en los Chess.
La forma en que los hermanos Chess llegaron a convertirse en magnates de la industria del espectáculo es tan extraña como lógica. Tenían en propiedad una tienda de trastos donde vendían botellas viejas y uno de sus clientes, que era miembro de la organización de Al Capone, empleaba las botellas para sus actividades de contrabando. El paso de vender botellas vacías a venderlas llenas era natural y beneficioso, por lo que Leonard decidió montar una tienda de bebidas alcohólicas cuya clientela era en su mayor parte afroamericana. El alcohol y la música son compañeros naturales y Chess apostó por esta combinación casi desde el principio. En su primera tienda puso un jukebox y con el tiempo abrió un club. Parece ser que vender música grabada, como complemento de las actuaciones en directo, también era un paso evidente, y este fue el origen de su relación con el sello Aristocrat y de la creación posterior del sello Chess. Sus estratégicos movimientos no terminan ahí, y los hermanos Chess invirtieron en emisoras de radio; contaban así con otro elemento importante de la industria de la música en su cartera. Cuando Leonard Chess murió de un ataque al corazón en 1969 tenía preparadas ciertas incursiones en el mundo de la televisión.
(De unas botellas vacías a un pequeño imperio, digno de estudio en escuelas de empresariales)


domingo, 4 de octubre de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (11ª parte y última)

        

     El diablo del blues en el cómic.



El cómic también encuentra una fuente de inspiración en la magia negra y el blues.

Robert Crumb
Robert Crumb

Dibujante de cómic underground que tiene un gran amor hacia la música folclórica americana antigua. Es famosa su colección de discos de blues de 78 r.p.m. que está considerada entre una de las mejores del mundo. Esta unión entre la música y el dibujo fue quizá el causante de que recibiese el encargo de realizar la portada del disco de Janis Joplin, Cheap Thrills.
Podemos encontrar un recopilatorio de historias en un volumen titulado Melodías Animadas.


En este álbum el autor vuelca su amor al blues más primitivo. En la historia Voodoo Curse nos habla de la relación de Jelly Roll Morton con el vudú y la magia negra. Se basa en las conversaciones que el músico y su primera esposa, Anita González, mantuvieron con Alan Lomax en las que confiesa que las mismas fuerzas oscuras que le dieron la fama lo llevaron a la caída por no saber recompensarlas. También nos relata la vida de Charlie Patton y su pelea entre el bien y el mal y en ella nos muestra cómo se hace el pacto del diablo en el cruce de caminos.
También son famosas sus tarjetas de héroes del blues.


En estas tarjetas salen retratados tal y como fueron originalmente en su época los músicos del blues más antiguo.
El autor japonés Akira Hiramoto de Manga, publicó entre 2005 y 2007 una serie de volúmenes titulada Me and The Devil Blues basado en la vida del bluesman Robert Johnson.

Ha recibido varios premios y se ha editado en inglés y francés, aún no existe una impresión en español. En este cómic el autor nos sumerge en un viaje fantástico a través de aquellos años y en el que se mezclan distintas mitologías sureñas y personajes conocidos de los años 30. Podemos encontrarnos hasta con Bonnie and Clyde que acompañan al músico en su periplo.

 Conclusión:

Hemos visto como el mito del diablo ha viajado a través de la música durante distintas épocas, como se han demonizado estilos musicales y músicos.

También hemos visto como en el blues se ha utilizado muchas referencias a la magia negra. Pero hoy día, del hoodoo y su magia negra, sólo nos ha quedado eso, historias que contaban de forma oral los ancianos a sus nietos, para asustarles o prevenirles, quién sabe con qué fin, pero en las que creían fielmente aquellos desheredados de su tierra, que trabajaban de sol a sol maltratados por sus amos y que vivían en unas formas infrahumanas.
El hoodoo fue durante muchos años lo único realmente propio de los esclavos africanos de Norteamérica. Un nexo entre todos aquellos hombres y mujeres con unas raíces comunes en otro continente que se enfrentaban a un futuro desesperanzador. Arrancados de su tierra, de su cultura, de sus creencias y negándoles toda libertad y trato humanitario. Y a medida que fueron adoptando otras formas de expresión y unidad cultural como la música, incorporaron a estas todas las creencias que heredaron de sus ancestros y que les mantuvo unidos como pueblo y dotándoles de una identidad. Enriqueciendo con su expresión nuestra cultura del s. XX.

domingo, 9 de agosto de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (10ª parte)



El diablo del blues en el cine



Estos son algunos de los films que han reflejado las leyendas y mitos que hay en torno a la magia negra y, por supuesto con el blues, en el sur de los E.E.U.U.

Crossroads



También se la llamó Cruce de Caminos, es una película de 1986 y dirigida por Walter Hill para la productora Columbia. La banda sonora corrió a cargo de Ry Cooder. La película está inspirada en la leyenda de Robert Johnson. La protagoniza Ralph Macchio (conocido por su anterior interpretación en la película Karate Kid) y Joe Seneca al final del film hay un duelo de guitarras con Steve Vai, el cual es vencido cuando el protagonista ejecuta magistralmente una versión del Capricho para guitarra de Paganini (el mismo que vendió su alma mucho antes). El film se toma ciertas licencias, una de ellas es la del compañero del protagonista, Willie Brown. Este músico fallecido en los años 50 y resucitado para la película realmente fue un guitarrista muy virtuoso y que seguramente le sirvió a Robert Johnson de inspiración y aprendizaje, al igual que a Patton. Pero no hay ninguna referencia de que tocara la armónica.







O Brother, Where art thou?

Es una película del año 2000 de los hermanos Coen y protagonizado por George Clooney, John Turturro, Tim Blake Nelson, John Goodman y Holly Hunter. La banda sonora de esta adaptación libre de la Odisea ganó un Grammy. La música era de T. Bonne Burnett. En su viaje por el sur de los Estados Unidos, los protagonistas, que son unos presos fugados, se encuentran con un joven guitarrista llamado Tommy Johnson, interpretado por el músico de blues Chris Thomas King, cuando le preguntan por qué estaba parado en medio de la nada, les revela que vendió su alma al diablo a cambio de la habilidad para tocar la guitarra. Este encuentro plasma un elemento del folclore del Sur de los Estados Unidos al introducir la leyenda creada en torno a Robert y Tommy Johnson. Otro dato curioso es cuando los presos tienen que cantar en una congregación donde están haciendo campaña electoral y su aceptación entre el público es tan grande que el político decide indultar sus condenas y llevar su música en su campaña electoralista. Esta historia en el mundo del blues ha pasado en repetidas ocasiones.

Es conocida la historia de LeadBelly al cual se le perdonó una condena de 20 años de prisión por asesinato cuando el gobernador Pat Neff de Texas le escuchó cantar una canción mientras visitaba la prisión en el año 1925. De poco le serviría porque poco después en Louisiana volvió a prisión en 1930 por intento de asesinato. En 1933 los folcloristas John y Alan Lomax visitaron la prisión con la intención de grabar música folclórica para la Library of the Congress. Los Lomax quedaron seducidos con Leadbelly y con un equipo de grabación portátil en la misma cárcel le grabaron un tema en el que suplicaba perdón y que los Lomax hicieron escuchar al gobernador de Louisiana, O. K. Allen el cual le concedió la libertad. 

También W. C. Handy (el cual se autoproclmaba el Padre del Blues) recibió la solicitud de colaborar con la campaña del candidato a la alcaldía E. H. Crump y, según cuenta él mismo, Handy respondió con una canción que luego adaptaría a su famoso Memphis Blues.




El corazón del Angel

Es una película de 1987 escrita y dirigida por Alan Parker. Protagonizada por Mickey Rourke, Robert De Niro, Lisa Bonet y Charlotte Rampling en los papeles principales. El guión se basa en la novela de William Hjortsberg titulada Falling Angel y la música es de Trevor Jones. Un detective privado medio fracasado de la ciudad de Nueva Orleans lo contrata en Nueva York un misterioso personaje llamado Louis Cyphre para que encuentre a un hombre desaparecido. Conforme avanza la investigación y conoce a Epiphany Proudfoot, hija de un sacerdote vudú, se suceden extrañas muertes, que parecen estar relacionadas con la magia negra y el vudú y que implican al detective de una manera cada vez más personal.



También se han realizado cortometrajes como el corto animado francés betty’s blues 

de Rémi Vandenitte en el 2013 y cuya sinopsis es un joven guitarrista prueba suerte en un viejo local de blues en Louisiana. Un cortometraje cuyo argumento mismo es un blues con toques mágicos y melancólicos.

Hay infinidades de películas, series y documentales relacionados con el tema del blues, como la serie de documentales de Scorsese y otros cineastas que han sentido un gran apego por este tipo de música, así como otras muchas películas (generalmente del género de terror) que tratan el tema del vudú y la magia negra, pero en este apartado he querido comentar sólo las películas que mezclan el blues y la magia negra. Espero que os haya gustado, en la próxima entrada comentaré un poco por encima como esta mezcla de magia y blues se ha reflejado en el mundo del cómic.

sábado, 18 de julio de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (9ª parte)


Robert Johnson


Las almas que se llevó el blues

Satán ama las ilusiones y se alimenta de ellas y ¿quién más que los hombres anhelan aquello que no tienen? Las referencias a las prácticas de hoodoo en las canciones de blues son innumerables como ya hemos visto.
Es muy conocida la historia que se cuenta sobre Robert Johnson de cómo se encontró en un cruce de caminos con el diablo y le cambió su alma por una master class de lujo, pero quién realmente acudió al cruce de caminos fue Tommy Johnson y no Robert. Robert Johnson nunca, en canción alguna hizo referencia a que fuese él quien realizó tal hazaña. Ni siquiera en su canción Crossroads. Sin embargo las referencias de Robert al hoodoo son constantes en sus canciones. En “Me and The Devil Blues”, Robert Johnson pide ser enterrado al lado de la autopista para poder coger el autobús hacia Greyhound y poder viajar. Es conocido el hecho de que Robert tiene tres tumbas, dicen que no es un hecho casual, sino para que el diablo no sepa en cuál de ellas está y así no poder llevarse su alma.
La leyenda de Robert Johnson y su supuesto pacto con el diablo nace cuando en sus inicios musicales Robert era un músico mediocre del cual todos se burlaban. Por una serie de desgracias personales, la pérdida de su mujer y su bebé, Robert se refugió en el blues y desapareció de la ciudad.
Robert Johnson

Cuando regresó poco tiempo después observaron con asombro que aquél músico mediocre se había convertido en un virtuoso en un espacio muy breve de tiempo, ganándose la admiración de los grandes músicos de aquella época. La única explicación que tuvieron para aquel cambio tan radical en su forma de ejecución en tan poco tiempo era el pacto con el diablo. Este pacto se piensa que se realizó en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale (Mississippi). El público afirmaba que tenía algo mágico que cautivaba, hacía sonar su guitarra como si fueran dos, su voz podía cambiar de formas, sus ojos miraban fijo como poseídos y era incapaz de quedarse en un solo lugar. Cuando grababa tocaba de cara a la pared, según los directivos del estudio era para que no le vieran los ojos poseídos al cantar, aunque seguro que era para conseguir una acústica mejor. Decían que podía tocar nota por nota la música que había oído el día anterior en la radio aunque no le prestara atención. Murió envenenado de estricnina que supuestamente le había puesto un marido celoso en una botella de whisky abierta en el local donde tocaba. Un músico amigo dijo que no bebiera jamás de una botella abierta pero Robert se negó advirtiendo que nadie le decía de donde tenía que beber. En mitad de la actuación se levantó y huyó del lugar entre convulsiones. Tres días estuvo agonizando hasta que finalmente murió.
Tommy Johnson

Tommy Johnson (1896-1956) fue una de las figuras más importantes del Delta Blues. También fue uno de los primeros bluesman en grabar. Aunque compartía el mismo apellido que Robert Johnson, no eran familia. Tenía una habilidad asombrosa tocando la guitarra, también tenía una voz con una capacidad asombrosa para pasar de un registro grave a un tono en falsete fantasmagórico, tenía fama de mujeriego y de haber pactado con el diablo. Tommy Johnson abandonó el hogar a los dieciséis años junto a una mujer que le doblaba la edad; durante dos años recorrió parte del Mississippi entando en contacto con otros bluesman, entre ellos con Charlie Patton; cuando regresó a su hogar, su técnica a la guitarra era tan notable que le contó a su hermano LeDell, y a quien quisiera oírla, la historia con el pacto al diablo, así lo relataba él mismo:
“Si quieres aprender a tocar cualquier cosa (…) dirígete a un cruce de caminos. Asegúrate de estar allí un poco antes de medianoche. Comienza a tocar una canción (…) Un gran hombre negro andará hacia allí y cogerá tu guitarra y la afinará. Tocará una canción y te la devolverá. Así es como aprendí a tocar cualquier cosa que quiero tocar.”

Durante los siguientes años tocó en distintas localidades junto a músicos de la talla de Charlie Patton, Willie Brown, Charlie McCoy e Ishmon Bracey entre otros. En 1928 grababa para el sello Victor, de dónde destacan canciones como Pony Blues, Canned Heat Blues entre otras. Su estilo influenció a artistas como a Howlin' Wolf. Tal vez por sus problemas con el alcohol tuvo problemas con el sello Victor y su amigo Charlie Patton le consiguió un contrato en Paramount.
Durante los años 30 participó en los medicine shows (espectáculos itinerantes muy populares en el s. XIX donde se ofrecía entretenimiento variado y en el cual, entre números se intentaba vender tónicos milagrosos a la audiencia) y en los juke joints (eran garitos informales llevados por afro-americanos donde se toca música en directo, se bebe alcohol, se come y antiguamente se apostaba), hasta el día de su muerte. El paso del tiempo, y especialmente, su alcoholismo, deterioraron su salud pasándole factura a la hora de tocar.

El día de Halloween de 1956, Johnson antes de salir para ir a tocar en una fiesta, se despidió de su hermano LeDell con unas palabras premonitorias: “Esta vez voy a hacer un largo viaje y no regresaré”. A la hora de finalizar su actuación, en vez de terminar como de costumbre con Big Road Blues, el bluesman que vendió su alma al diablo, tocó un salmo religioso, para poco después morir de un ataque al corazón. Era la noche de muertos. Extraño epílogo para un músico consciente de sus debilidades que buscó su redención antes de morir.


Screamin' Jay Hawkins

Screamin Jay Hawkins pasa por ser uno de los bluesman más originales de la historia. El apodo de screamin' (gritón) no es casual, sus canciones están llenas de chillidos y terror. Su discografía está llena de temas referidos al voodoo, el demonio y diversos rituales entre el terror y la parodia. 

A diferencia de otros músicos de blues, nunca se tomó a sí mismo demasiado en serio. En sus actuaciones salía en ataúdes en llamas, vestido como un vampiro, rodeado de calaveras (la calavera que portaba solía llevar un cigarro encendido y Hawkins la bautizó como Henry), serpientes velas, inciensos y pirotecnia. Fue un pionero de esa parafernalia durante los años 50, imitado años más tarde por artistas como Arthur Brown, Alice Cooper y Kiss

Según la leyenda fue criado por una india después de ser abandonado por su padre, y ésta le introdujo en el mundo de la magia. Lo cierto es que aprendió a componer música y a tocar el piano siendo niño en el conservatorio de Ohio. A los 14 años abandona sus estudios e ingresa en la armada mintiendo con su edad para luchar en la segunda guerra mundial. En el ejército tocaba el saxo. Cayó en manos enemigas en la isla de Saipán al ser lanzado en paracaídas, siendo rescatado año y medio más tarde. Pese a que Screamin' en un principio quiso dedicarse a la ópera, su carrera fue hacia el blues y la interpretación al piano. También se distinguió en el boxeo, llegando a ganar el campeonato de Pesos Medios de Alaska en 1949.

A él le debemos una de las mejores canciones del s. XX, I Put A Spell On You (Te He Hechizado). El tema de 1956 ha sido versioneado por Nina Simone, The Animals, Creedence Clearwater Revival, The Who, Manfred Man, Bryan Ferry, Them... etc.

En su última etapa, participó en películas como Mistery Train (1989) de Jim Jarmusch y Perdita Durango (1997) de Álex de la Iglesia. Screamin' pasó sus últimos años en París ya que decía odiar EEUU por el hecho de ser negro y por el trato que se daba a su gente en su país de origen. Tras su muerte, y a raíz de la noticia de que su cuantiosa fortuna se debía distribuir entre los muchos hijos desconocidos del cantante, le aparecieron muchos herederos en lugares tan dispares como Mexico, Finlandia, Inglaterra, Yugoslavia, Australia y Corea. La cifra ronda 100 hijos ilegítimos.

En unas declaraciones confesó que odiaba todas aquellas representaciones que hacía en el escenario ya que opinaba que restaba dignidad a su música y al mundo de donde procedía.


 Screamin' Jay Hawkins interpretando I Put Spell On You (1990)


En la siguiente entrada hablaremos de como el cine también recogió muchas de estas historias llevándolas a la gran pantalla, daremos un repaso a algunas de esas películas y contaremos algunas curiosidades sobre ellas.

domingo, 7 de junio de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (8ª parte)




Crossroads

Los cruces de caminos han sido considerados como un lugar con una especial fuerza mágica por todo tipo de creencias.
El hoodoo man acogió el cruce de caminos como un lugar propicio para llevar a cabo sus rituales. Esto puede deberse a que son lugares que no pertenecen a nadie, no tienen dueño, y están a las afueras de las ciudades, lo que los convierte en sitios discretos, alejados de ojos indiscretos, pero fáciles de encontrar para un hechicero que venga de fuera.
Los crossroads son un excelente lugar para deshacerse de los residuos producidos al hacer un encantamiento. El hechicero después de completar un trabajo se encamina a uno de estos cruces con todos los materiales sobrantes del ritual (velas, incienso, polvos, etc.) y los arroja al suelo en el centro del cruce para dirigirse de vuelta a casa sin girar la cabeza ni mirar atrás. Otras formas de deshacerse de estos residuos mágicos son arrojarlos a una corriente de agua o enterrarlos en una tumba.
Otro acto realizado en un cruce de caminos (el más conocido) es el hechizo de aprendizaje de una habilidad determinada: esperar en un cruce de caminos a que aparezca el diablo para venderle nuestra alma a cambio de adquirir un conocimiento que no teníamos.
Esta interpretación mefistofélica del cruce de caminos no es del todo correcta. Si bien es cierto que se le atribuye el nombre de diablo al personaje que aparece en el cruce de caminos para enseñar una habilidad al invocador, no se trata del demonio cristiano, sino de una variación de los espíritus africanos de los cruces de caminos, (lo vimos en la mitología yoruba) como Legua o Pomba Gira. Otros nombres con los que el hoodoo nombra a este personaje que se aparece en los crossroads son The Rider o Big Black Man, que hace referencia al color de las ropas del espíritu.

En el siguiente capítulo adentraremos más profundamente en los hombres que buscaron su cruce de caminos y como explican ellos mismos sus tratos con el demonio para alcanzar el éxito.

Crossroads, Robert Johnson.

domingo, 31 de mayo de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (7ª parte)





Hechizos


Hasta ahora hemos visto como se han usado expresiones del hoodoo en las canciones, sus amuletos y algunos de sus hechiceros; en esta entrada hablaremos sobre algunos de los hechizos más usados por el hoodoo y como lo reflejan algunas canciones.

En la canción “Hellhound On My Trail” (1936), Robert Johnson atribuye su errante vida al hecho de que una mujer lo alejó de su familia debido a que echó unos polvos alrededor de su puerta. Aunque no es un caso literal, si es sabido que el músico nunca se estableció en un sitio fijo. El hechizo descrito es el hot foot powder, que aparte de realizarse con polvo se puede llevar a cabo también con aceite incienso o jabón. Este hechizo se utiliza para expulsar gente no deseada de su hogar (vecinos indeseables o ex amantes) o para impedir el regreso de alguien que ya se fue. Su composición es muy sencilla: pimienta roja, sal, sulfuro y aceite de pimienta negra. La forma tradicional de utilizar este encantamiento es colocando el mejunje en la puerta de la casa de la persona en cuestión. 



El goofer dust o gopher dust es un encantamiento de los más peligrosos, capaz de causar graves lesiones, incluso la muerte de la víctima (se empiezan a hinchar los pies y se extiende una especie de gangrena al resto del cuerpo). La receta básica de este hechizo consiste en una mezcla de sulfuro, sal y tierra de tumba. También se pueden añadir piel y huesos de serpiente, pimienta, polvo de huesos e insectos. Sin duda el ingrediente más llamativo es la tierra de tumba; influye tanto el dueño de la tumba, la forma de su muerte, la parte de la tumba de donde se obtenga la tierra, la posición de la tumba en el cementerio y la del recolector respecto a la tumba.
La tierra de tumba también se puede utilizar por si sola para realizar encantamientos amorosos, de protección o para hacer daño.
La forma de encantar a la persona con el goofer dust es espolvoreando la mezcla por un lugar por el que esa persona vaya a pasar, por ejemplo, alrededor de su casa y siendo más osados, alrededor de su cama.
El goofer dust corresponde a la categoría de magia foot-track. Dentro de esta categoría se incluyen todos los conjuros cuyo veneno entra por sus pies, de forma directa mediante polvo, raíces, piedras u otros objetos situados en el suelo que pisa la víctima o maldiciendo los zapatos, las uñas o los propios pies del hechizado.
Robert Johnson en una canción habla de unas piedras dispuestas de una manera determinada, es lo que se llama crossing, otro tipo de magia foot-track y que consiste en dibujar una x en el suelo. Esta cruz se puede dibujar con un palo, con talco, cal o cualquiera de los polvos descritos anteriormente. También se puede realizar el dibujo colocando distintos objetos semienterrados en las puntas y en el centro de la x como piedras, botellas, monedas, objetos personales de la persona a la que se dirige la magia, montones de incienso, sal, bluestone, etc.. A esta última modalidad se refería Robert Johnson en su canción “Stones in My Passway” (1936).
 “Encuentro piedras en la vía y creo que caminaré hasta la noche… mis enemigos me traicionaron y tengo la certeza de que ellos pusieron piedras en mi camino”.
Para que esta magia resulte efectiva, la víctima tiene que caminar sobre el quincunx. Una vez  que lo ha hecho el veneno entra por sus pies y asciende, produciéndole mala suerte y enfermedades incurables para la medicina.




domingo, 17 de mayo de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (6ª parte)


Hoochie Coochie Man

Cuando Willie Dixon compuso “Hoochie Coochie Man” metió todos los elementos y todas las referencias necesarias para hacer un buen conjuro de Hoodoo. En la segunda estrofa la canción dice:
I got a black cat bone,
I got a mojo too, 
I got the Johnny Concheroo,
I'm gonne mess with you,

  
Tengo un hueso de gato negro,
tengo una bolsita mojo también,
tengo una raíz de Juan el Conquistador,


 En la canción hace mención de la bolsita de mojo de la que ya hemos hablado, también dice que tiene una raíz de Juan el Conquistador y un hueso de gato negro, el “black cat bone”.

Para conseguir un black cat bone efectivo (y esta es la parte más dura), hay que coger un gato negro vivo e introducirlo a medianoche en una olla con agua hirviendo. Cuando toda la carne del gato se haya desprendido de sus huesos, escogeremos nuestro black cat bone. Según la región o el hoodoo man que realice la operación, este hueso mágico se elegirá de una manera u otra: en unos sitios se coge el hueso que quede por encima de los demás al retirar el agua del caldo, en otras zonas se coge el hueso que flote e indique el norte con su extremo más estrecho; entre otros poderes el black cat bone dicen que proporciona la invisibilidad. ¿Como se consigue semejante poder de invisibilidad? Según dicen es coger hueso por hueso e introducirlos uno a uno en la boca hasta que el hechicero diga que ya no nos ve, ése será el hueso mágico que nos proporciona la invisibilidad. El hueso elegido lo guardamos en una bolsa mojo y lo empapamos de aceite Van Van, un aceite mágico compuesto de grasa, incienso, polvos mágicos y jabón (este último destinado a lavar la presencia de espíritus malignos). Del agua con grasa del gato hervido que sobra se hacen unos aceites que pueden servir para otros amuletos o como combustible para lámparas de aceite.
Otro autor que habló del hueso de gato negro fue James Kokomo Arnold en su canción “Old Black Cat Blues (Jinx Blues)” 1935.




La última estrofa cantada del “Hoochie Coochie Man” nos dice:
On the seventh hour,
On the seven day,
On the seven month
the seven doctors say: "He was born for good luck
and that you'll see".
I've got seven hundred dollars,
don't you mess with me,

A la hora séptima,
del séptimo día,
del séptimo mes,
los siete doctores dijeron: "Ha nacido con buena suerte,
ya lo verás".
Tengo setecientos dólares,
¿no quieres liarte conmigo?

En muchas culturas el siete es un número cabalístico, tanto así que se vendía un paquete para atraer la suerte, conocido como “Lucky 7”, que tenía un dado y siete velas. Estas imágenes derivan de un juego de dados en el que se ganaba al sacar el siete, por eso este número es símbolo de suerte para los jugadores. Pero, ¿por qué es tan importante? La semana tiene siete días, las artes y las ciencias son siete, los pitagóricos decían que era el número perfecto porque era la suma de 3 y 4 (el triángulo y el cuadrado, las figuras perfectas). También tenemos los siete mares, los siete pecados capitales, etc.
Se dice también que el séptimo hijo del séptimo hijo nace con ciertos dones. Además del Hoochie Coochie Man, Willie Dixon maneja este concepto en “The Seventh Son” (El Séptimo hijo) cuya letra dice: “Todo el mundo habla del séptimo hijo, pero en todo el mundo sólo hay uno y ese soy yo. Puedo leer el futuro antes de que se convierta en pasado, puedo hacer cosas para que su corazón se sienta bien, puedo mirar al cielo y predecir la lluvia, le digo cuando un hombre tiene otra mujer...”
El primer verso del Hoochie Coochie Man hace referencia a una bruja:
The gypsy woman told my mother
before I was born
"You got a boy child's comin',
He's gonna be a son of a gun,
He gonna make pretty women's
jump and shout".

La gitana se lo dijo a mi madre
antes de que yo naciera:
"Vas a tener un niño,
va a ser un hijo de su madre,
va a hacer saltar y gritar
a las mujeres hermosas
.


Parece ser que quienes sabían de la buena y de la mala suerte eran las gitanas. En los años 20 y 30 el blues rural habló mucho acerca de gitanas negras, en una de las cuales seguramente se inspiró Muddy Waters para su tema “Gypsy Woman”. La letra dice: “La gitana me dijo que tú traerías mala suerte. Ahora la pasas bien pero dentro de poco habrá problemas… fui donde la gitana para que leyera mi fortuna y me dijo que fuera a casa y mirara por la cerradura… hice como me dijo y vi otro hombre acostado en mi cama”.

Todas estas referencias de una canción como es Hoochie Coochie Man que fue escrita en los años 50 y en una ciudad como Chicago, nos da un claro ejemplo de cómo la cultura Hoodoo estaba arraigada en la mentalidad de aquellos hombres del Delta.
Gypsy woman, Muddy Waters