domingo, 7 de junio de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (8ª parte)




Crossroads

Los cruces de caminos han sido considerados como un lugar con una especial fuerza mágica por todo tipo de creencias.
El hoodoo man acogió el cruce de caminos como un lugar propicio para llevar a cabo sus rituales. Esto puede deberse a que son lugares que no pertenecen a nadie, no tienen dueño, y están a las afueras de las ciudades, lo que los convierte en sitios discretos, alejados de ojos indiscretos, pero fáciles de encontrar para un hechicero que venga de fuera.
Los crossroads son un excelente lugar para deshacerse de los residuos producidos al hacer un encantamiento. El hechicero después de completar un trabajo se encamina a uno de estos cruces con todos los materiales sobrantes del ritual (velas, incienso, polvos, etc.) y los arroja al suelo en el centro del cruce para dirigirse de vuelta a casa sin girar la cabeza ni mirar atrás. Otras formas de deshacerse de estos residuos mágicos son arrojarlos a una corriente de agua o enterrarlos en una tumba.
Otro acto realizado en un cruce de caminos (el más conocido) es el hechizo de aprendizaje de una habilidad determinada: esperar en un cruce de caminos a que aparezca el diablo para venderle nuestra alma a cambio de adquirir un conocimiento que no teníamos.
Esta interpretación mefistofélica del cruce de caminos no es del todo correcta. Si bien es cierto que se le atribuye el nombre de diablo al personaje que aparece en el cruce de caminos para enseñar una habilidad al invocador, no se trata del demonio cristiano, sino de una variación de los espíritus africanos de los cruces de caminos, (lo vimos en la mitología yoruba) como Legua o Pomba Gira. Otros nombres con los que el hoodoo nombra a este personaje que se aparece en los crossroads son The Rider o Big Black Man, que hace referencia al color de las ropas del espíritu.

En el siguiente capítulo adentraremos más profundamente en los hombres que buscaron su cruce de caminos y como explican ellos mismos sus tratos con el demonio para alcanzar el éxito.

Crossroads, Robert Johnson.

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