domingo, 31 de mayo de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (7ª parte)





Hechizos


Hasta ahora hemos visto como se han usado expresiones del hoodoo en las canciones, sus amuletos y algunos de sus hechiceros; en esta entrada hablaremos sobre algunos de los hechizos más usados por el hoodoo y como lo reflejan algunas canciones.

En la canción “Hellhound On My Trail” (1936), Robert Johnson atribuye su errante vida al hecho de que una mujer lo alejó de su familia debido a que echó unos polvos alrededor de su puerta. Aunque no es un caso literal, si es sabido que el músico nunca se estableció en un sitio fijo. El hechizo descrito es el hot foot powder, que aparte de realizarse con polvo se puede llevar a cabo también con aceite incienso o jabón. Este hechizo se utiliza para expulsar gente no deseada de su hogar (vecinos indeseables o ex amantes) o para impedir el regreso de alguien que ya se fue. Su composición es muy sencilla: pimienta roja, sal, sulfuro y aceite de pimienta negra. La forma tradicional de utilizar este encantamiento es colocando el mejunje en la puerta de la casa de la persona en cuestión. 



El goofer dust o gopher dust es un encantamiento de los más peligrosos, capaz de causar graves lesiones, incluso la muerte de la víctima (se empiezan a hinchar los pies y se extiende una especie de gangrena al resto del cuerpo). La receta básica de este hechizo consiste en una mezcla de sulfuro, sal y tierra de tumba. También se pueden añadir piel y huesos de serpiente, pimienta, polvo de huesos e insectos. Sin duda el ingrediente más llamativo es la tierra de tumba; influye tanto el dueño de la tumba, la forma de su muerte, la parte de la tumba de donde se obtenga la tierra, la posición de la tumba en el cementerio y la del recolector respecto a la tumba.
La tierra de tumba también se puede utilizar por si sola para realizar encantamientos amorosos, de protección o para hacer daño.
La forma de encantar a la persona con el goofer dust es espolvoreando la mezcla por un lugar por el que esa persona vaya a pasar, por ejemplo, alrededor de su casa y siendo más osados, alrededor de su cama.
El goofer dust corresponde a la categoría de magia foot-track. Dentro de esta categoría se incluyen todos los conjuros cuyo veneno entra por sus pies, de forma directa mediante polvo, raíces, piedras u otros objetos situados en el suelo que pisa la víctima o maldiciendo los zapatos, las uñas o los propios pies del hechizado.
Robert Johnson en una canción habla de unas piedras dispuestas de una manera determinada, es lo que se llama crossing, otro tipo de magia foot-track y que consiste en dibujar una x en el suelo. Esta cruz se puede dibujar con un palo, con talco, cal o cualquiera de los polvos descritos anteriormente. También se puede realizar el dibujo colocando distintos objetos semienterrados en las puntas y en el centro de la x como piedras, botellas, monedas, objetos personales de la persona a la que se dirige la magia, montones de incienso, sal, bluestone, etc.. A esta última modalidad se refería Robert Johnson en su canción “Stones in My Passway” (1936).
 “Encuentro piedras en la vía y creo que caminaré hasta la noche… mis enemigos me traicionaron y tengo la certeza de que ellos pusieron piedras en mi camino”.
Para que esta magia resulte efectiva, la víctima tiene que caminar sobre el quincunx. Una vez  que lo ha hecho el veneno entra por sus pies y asciende, produciéndole mala suerte y enfermedades incurables para la medicina.




domingo, 17 de mayo de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (6ª parte)


Hoochie Coochie Man

Cuando Willie Dixon compuso “Hoochie Coochie Man” metió todos los elementos y todas las referencias necesarias para hacer un buen conjuro de Hoodoo. En la segunda estrofa la canción dice:
I got a black cat bone,
I got a mojo too, 
I got the Johnny Concheroo,
I'm gonne mess with you,

  
Tengo un hueso de gato negro,
tengo una bolsita mojo también,
tengo una raíz de Juan el Conquistador,


 En la canción hace mención de la bolsita de mojo de la que ya hemos hablado, también dice que tiene una raíz de Juan el Conquistador y un hueso de gato negro, el “black cat bone”.

Para conseguir un black cat bone efectivo (y esta es la parte más dura), hay que coger un gato negro vivo e introducirlo a medianoche en una olla con agua hirviendo. Cuando toda la carne del gato se haya desprendido de sus huesos, escogeremos nuestro black cat bone. Según la región o el hoodoo man que realice la operación, este hueso mágico se elegirá de una manera u otra: en unos sitios se coge el hueso que quede por encima de los demás al retirar el agua del caldo, en otras zonas se coge el hueso que flote e indique el norte con su extremo más estrecho; entre otros poderes el black cat bone dicen que proporciona la invisibilidad. ¿Como se consigue semejante poder de invisibilidad? Según dicen es coger hueso por hueso e introducirlos uno a uno en la boca hasta que el hechicero diga que ya no nos ve, ése será el hueso mágico que nos proporciona la invisibilidad. El hueso elegido lo guardamos en una bolsa mojo y lo empapamos de aceite Van Van, un aceite mágico compuesto de grasa, incienso, polvos mágicos y jabón (este último destinado a lavar la presencia de espíritus malignos). Del agua con grasa del gato hervido que sobra se hacen unos aceites que pueden servir para otros amuletos o como combustible para lámparas de aceite.
Otro autor que habló del hueso de gato negro fue James Kokomo Arnold en su canción “Old Black Cat Blues (Jinx Blues)” 1935.




La última estrofa cantada del “Hoochie Coochie Man” nos dice:
On the seventh hour,
On the seven day,
On the seven month
the seven doctors say: "He was born for good luck
and that you'll see".
I've got seven hundred dollars,
don't you mess with me,

A la hora séptima,
del séptimo día,
del séptimo mes,
los siete doctores dijeron: "Ha nacido con buena suerte,
ya lo verás".
Tengo setecientos dólares,
¿no quieres liarte conmigo?

En muchas culturas el siete es un número cabalístico, tanto así que se vendía un paquete para atraer la suerte, conocido como “Lucky 7”, que tenía un dado y siete velas. Estas imágenes derivan de un juego de dados en el que se ganaba al sacar el siete, por eso este número es símbolo de suerte para los jugadores. Pero, ¿por qué es tan importante? La semana tiene siete días, las artes y las ciencias son siete, los pitagóricos decían que era el número perfecto porque era la suma de 3 y 4 (el triángulo y el cuadrado, las figuras perfectas). También tenemos los siete mares, los siete pecados capitales, etc.
Se dice también que el séptimo hijo del séptimo hijo nace con ciertos dones. Además del Hoochie Coochie Man, Willie Dixon maneja este concepto en “The Seventh Son” (El Séptimo hijo) cuya letra dice: “Todo el mundo habla del séptimo hijo, pero en todo el mundo sólo hay uno y ese soy yo. Puedo leer el futuro antes de que se convierta en pasado, puedo hacer cosas para que su corazón se sienta bien, puedo mirar al cielo y predecir la lluvia, le digo cuando un hombre tiene otra mujer...”
El primer verso del Hoochie Coochie Man hace referencia a una bruja:
The gypsy woman told my mother
before I was born
"You got a boy child's comin',
He's gonna be a son of a gun,
He gonna make pretty women's
jump and shout".

La gitana se lo dijo a mi madre
antes de que yo naciera:
"Vas a tener un niño,
va a ser un hijo de su madre,
va a hacer saltar y gritar
a las mujeres hermosas
.


Parece ser que quienes sabían de la buena y de la mala suerte eran las gitanas. En los años 20 y 30 el blues rural habló mucho acerca de gitanas negras, en una de las cuales seguramente se inspiró Muddy Waters para su tema “Gypsy Woman”. La letra dice: “La gitana me dijo que tú traerías mala suerte. Ahora la pasas bien pero dentro de poco habrá problemas… fui donde la gitana para que leyera mi fortuna y me dijo que fuera a casa y mirara por la cerradura… hice como me dijo y vi otro hombre acostado en mi cama”.

Todas estas referencias de una canción como es Hoochie Coochie Man que fue escrita en los años 50 y en una ciudad como Chicago, nos da un claro ejemplo de cómo la cultura Hoodoo estaba arraigada en la mentalidad de aquellos hombres del Delta.
Gypsy woman, Muddy Waters

sábado, 9 de mayo de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (5ª parte)




Amuletos

Tal vez lo que más se conozca del Hoodoo y sus oscuras artes, en especial para los iniciados al blues y a la cultura sureña de los Estados Unidos, son los amuletos. Los amuletos pueden ser utilizados para diversas cosas, como para llamar a la buena suerte, para conseguir riquezas, para protegerse del mal de ojo, para provocar el mal a otra persona, para no enfermar, para tener vigor sexual, etc. Para los aficionados al blues que escuchan las viejas canciones, el más conocido de todos los amuletos es sin duda el mojo, también conocido por mojo hand o mojo bag. No existe una traducción para la palabra mojo. Hay teorías que dicen que es una deformación de la palabra “magic” y otros sostienen que la palabra viene de un término del oeste de África: mojuba, cuyo significado es una oración o plegaria que se lleva a todos lados. También los hay que afirman que la palabra mojo hace referencia al acto sexual o al órgano sexual masculino (teoría que comentan que formuló Jim Morrison, cantante de los Doors, tras escuchar “I Got My Mojo Working”), aunque también hay alusiones a mujeres con su propio mojo, como en la canción de Robert Johnson, Little Queen Of Spades (1937).


 Everybody say she got a mojo now, 
she's been usin' that stuff 
Mmm mmm mmm, 'verybody says she got a mojo 
 'cause she been usin' that stuff 
But she got a way trimmin' down hoo, 
fair brown, and I mean it's most too tough 

Lo que está claro es que el mojo no sería otra cosa que un amuleto con poderes mágicos. El mojo recibe múltiples nombres, dependiendo de la región y la época: mojo bag, mojo hand, conjure hand, lucky hand, root bag, toby, etc.
En la canción de Robert Johnson Come On In My Kitchen (1936) habla del "Nation Sack". El "nation sack" parece ser que es 0tro nombre empleado para designar el mojo y que se emplearía en Memphis; se trataría de una bolsa de conjuro que sólo llevaban las mujeres y que era usada para dominar a los hombres a partir de hechizos.

Muddy Waters, Got My Mojo Workin'
El mojo hand o mojo bag, o cualquiera de los nombres que puedan haber empleado, designan a una bolsa que sería donde se guarda el mojo, compuesto por una mezcla de ingredientes: azúcar, lodestone (magnetita en roca y en polvo; el lodestone es uno de los dos minerales que se encuentran naturalmente magnetizado; la otra, pirrotita, es sólo débilmente magnético. La magnetita es negra o marrón-negra, con un brillo metálico, es por su propiedad magnética por lo que es tan deseada por los doctores hoodoos, pues consideran que sus propiedades magnéticas pueden atraer a la buena suerte y los buenos espíritus), bluestone (sulfato de cobre que es un mineral de color azul intenso), herraduras de caballo, huesos de distinto tipo (de gato, de ratón, de murciélago, de serpiente, de ser humano…), uñas, calaveras de plástico o metal, hierbas y unas raíces, entre ellas una muy especial, la llamada John the Conqueror. Esta raíz bulbosa recibe su nombre de un rey africano que luchó contra los esclavistas norteamericanos y es la más apreciada en la magia hoodoo. Willie Dixon le cantó a esta raíz en 1964, “My John the Conqueror o también conocida como Rub my root”.

La raíz de Juan el Conquistador

Juan el Conquistador. también conocido como High John the Conqueror, John The Conquer y muchas otras variantes populares, es un héroe popular del folclore afro-americano. Juan el Conquistador era un príncipe africano que fue vendido como esclavo en las Américas. A pesar de su esclavitud, su espíritu nunca se rompió y el sobrevivió en el folclore como una especie de figura embaucadora debido a los trucos que empleó para evadirse de sus amos.

Su figura está asociada con la raíz que lleva su nombre y a la que le atribuyen poderes mágicos, especialmente en la tradición hoodoo. Según escribieron una vez sobre su figura:


"...como el rey Arturo de Inglaterra, que ha servido a su pueblo. Y, al igual que el rey Arturo, que no está muerto. Él espera volver cuando su pueblo lo llamara de nuevo... John The Conquer regresó a África, pero dejó su poder aquí, y puso su morada estadounidense en la raíz de una determinada planta. Sólo los que poseen esa raíz pueden convocarlo en cualquier momento."

La raíz del conquistador se utiliza para atraer, conquistar y fascinar (hombre y mujeres), esta raíz usada en combinación con otros ingredientes para el mismo fin. También esta raíz es preparada con fines de ayuda comercial, colocando junto con la raíz, monedas, piedra de imágenes y otros ingredientes que se ajusten a los deseos y aspiraciones de la persona que lo va a usar. Se usa para salir victorioso en una situación judicial y para los jugadores. La raíz también se coloca en los perfumes para reforzar su poder.

La raíz de Juan el Conquistador tiene un agradable olor a tierra, pero es también un fuerte laxante, de hecho también se la conoce como purga Ipomoea. En el folclore popular ya hemos visto que no se utiliza para este fin. Es probable que la raíz adquirió su reputación mágica sexual porque, cuando se seca, se asemeja a los testículos de un hombre de piel oscura. Debido a esto, cuando se emplea como un amuleto, es importante que la raíz sea utilizada entera y sin mancha.

Masticar la raíz como si fuese tabaco de mascar, dicen que endulza el aliento y calma el estómago. También se dice que si escupes el jugo de mascar de esta raíz en el suelo de una sala de audiencias es posible que ganes el caso. Cuando se mastica la raíz en el sur profundo recibe el nombre de "Low John"

Volviendo al mojo, todos los ingredientes de los que hemos hablado (huesos, piedras, raíces, etc.) se mezclan en las cantidades adecuadas, se rocían de unos aceites mágicos especiales y se guardan en una bolsa de franela, que dependiendo del tipo de hechizo era de un color u otro (rojo, azul, verde, etc.).
Los mojos eran individuales e intransferibles y si se iba a utilizar para un conjuro que afectase a una persona, esta debía llevar el mojo siempre consigo, preferiblemente cerca de la piel y nunca ser tocada por otra persona. El mojo también podía proteger o purificar un lugar, por lo que en este caso la bolsita debía ser colocada cerca de la puerta, escondida para no ser vista por extraños.
Los hechiceros también se ayudan del famoso muñeco vudú el cual puede estar hecho de cuerda de cáñamo, hilo de nylon o de bordar, cera, tela, fieltro o cuero, dependiendo si el muñeco a realizar es para hacer mal a una persona o para defenderse. En su interior ha de llevar algún objeto de la persona a la que representa el muñeco y si esa persona tiene un rasgo representativo como una cicatriz o lunar ha de llevarlo también el muñeco. Para que el muñeco sea efectivo el hechicero tiene que armarlo con una serie de rituales y si es para hacerle el mal clavar a unas horas determinadas unos alfileres en las zonas que se desea dañar y no retirarlos. También se pueden quemar o enterrar dependiendo del daño que se le quiera infringir a la persona o para la aplicación para la que ha sido creado el muñeco.

Cuando el hechicero quiere armar el muñeco suele usar velas que han de tener el mismo color que el alfiler que se va a emplear. Cada color suele utilizarse para una determinado causa, ya sea para el amor, el poder, el dinero, cada cosa que se desea se le asigna un color. También el hechicero suele echar sobre el muñeco el humo de un cigarro en pequeñas y repetidas exhalaciones, dependiendo del hechizo que se quiera emplear. Cuando se le clavan los alfileres al muñeco se hace sobre las zonas que se quieran dañar o ayudar. El corazón puede ser deseo, el estómago intuición y la cabeza conocimiento. Los hechiceros usan y se dirigen al muñeco vudú como si fuese una persona, también dicen que el muñeco absorbe la energía de las personas, por ello pueden resultar peligrosos, sobre todo para aquellos que creen ciegamente en las artes mágicas del hoodoo.

En la próxima entrada de este blog comentaremos que otro elementos usaban los hechiceros para sus prácticas de magia hoodoo y como estas artes se han reflejado en las canciones de blues.

Willie Dixon, Rub My Root