sábado, 31 de octubre de 2015

Muddy Waters y Howlin' Wolf. Ejemplos del blues en Chicago. (Primera Parte)


De la Gran Depresión al Sueño Americano




· Los años 40


Antes de conocer el blues de Chicago tal y como lo conocemos hubo una serie de cambios que impulsaron que el Blues pasara del campo a la ciudad, de ser un género musical minoritario a un género mayoritario, con alcance en radios y televisiones y que en la década de los 50 atravesara fronteras conquistando Europa; y que de ser un género exclusivamente racial, se convirtiera en un género de masas cuyos mayores consumidores, fieles seguidores e imitadores fueran sorprendentemente los blancos.
A finales de los años treinta y principios de los 40, el mundo estaba asolado por una gran recesión económica: la llamaron La Gran Depresión.
En 1940 Franklin Delano Roosevelt fue reelegido por tercera vez como presidente de los EEUU y creó el comité para las prácticas de un empleo justo. La idea era investigar y destapar la discriminación en el trabajo. Amplios sectores del sur se saltaban la ordenanza a la torera y en las zonas donde sí la aplicaban se producían importantes casos de violencia racial. En 1942 el comité se transformó en la comisión para la industria de guerra.
Durante la II Guerra Mundial la industria americana se centró en el esfuerzo militar. Desde 1942 hasta 1946 no se produjo ni un solo automóvil, pero si se produjeron, corrigieron, adaptaron y alimentaron las armas de la industria militar con asombrosa velocidad. La industria de guerra creó nuevos puestos de trabajo y progresivamente la nación fue quitándose el lastre de la recesión. El empleo militar provocó la migración de muchos afroamericanos hacia la industria y las ciudades, abandonando los campos. También este abandono de los campos fue debido a la industrialización de estos, ahora una máquina podía cosechar el algodón de 50 personas en el Delta.
Los años 40 lograron ampliar el espectro musical reflejando la contraposición entre las penurias de la guerra y la recuperación económica y la reconstrucción. La música blues, junto al jazz y todos los estilos musicales y formas de arte, prestaron servicio al país durante la II Guerra Mundial como propaganda y como bálsamo social. Las tendencias de la década pasada no desaparecieron repentinamente, pero fueron susceptibles de cambios. Los jóvenes artistas del Delta del Mississippi llegaban a Chicago y a Memphis añadiendo ritmos más rápidos y modulados al viejo y rústico repertorio, subiendo el tempo y allanando el camino para nuevos registros musicales, la música blues entró en una nueva era.
Los cambios también llegaban a la industria discográfica. En 1940 se creaba el registro de la propiedad BMI (Broadcast Music Incorporated), que significaría la posibilidad de salir adelante para los músicos negros, descaradamente ignorados anteriormente por la clásica ASCAP, asociación Americana de autores Editores y compositores.
Como el BMI estaba ansioso por ampliar su catálogo de títulos, decidió adelantar capital a los sellos de las compañías que publicaran a sus artistas afiliados, esto abrió las puertas a las jump bands y a los cantantes de blues. Muchos sellos se especializaron en la música negra, como el blues, el jazz y el góspel. Ejemplo de sellos: Aladdin, Savoy y Modern.
La revista Billboard que estudiaba la progresión de la venta de discos estructuró el fenómeno de la música negra, en 1942 se la llamaba Harlem Hit Parade. En 1945 era la Race Records y en 1949 a toda esta corriente musical se la llamó Rhythm and blues.
Los artistas que más triunfaban en estos años eran John Lee Hooker, Big Joe Turner, T-Bone Walker y sobre todo fue la edad de oro para el saxofón y bandas cuyo solista fuera un saxofón.
En cambio el blues rural clásico que conocíamos del Delta se fue diluyendo poco a poco y ya nadie prestaba atención a esos artistas rurales.

 Big Joe Turner, Shake, Rattle & Roll



· La década de los 50


Los años 50 son la década dorada del blues, cuando alcanza su máxima expansión. Los EEUU gozaban de una gran expansión demográfica, así como crecimiento en campos como la automoción, la televisión o el desarrollo urbano y suburbano y el país empezaba a divulgar sus productos culturales por todo el mundo.
En los 50 se apoyó un programa de desarrollo de autopistas con la intención de hacer el país más accesible en coche y de rebote esto facilitó a los músicos sus desplazamientos. Largas autopistas cruzaban el país de costa a costa. Comenzaban los movimientos antisegregacionistas y por la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos.
En todas las ciudades importantes del país, por lo menos una emisora de radio reproducía música negra a diario y los adolescentes blancos comenzaban a consumir cada vez más este tipo de música. A finales de los 50 las discográficas comenzaron a re-mezclar y versionar temas de R&B con artistas blancos.
En la radio, la celebridad de los pinchadiscos fue en aumento al convertirse en piezas fundamentales para transmitir el R’n’R.
Los pequeños sellos que habían surgido en los años 40 eran ahora potentes industrias discográficas todopoderosas, éstas pagaban a los disc-jockeys para que pincharan canciones concretas, de manera que los temas afroamericanos coparon las listas con mayor frecuencia.
Los músicos especializados en el country-blues habían sido apartados con el advenimiento de los nuevos acontecimientos.
El resurgir del blues y su popularidad se debieron en parte a los recién creados LP. Hasta 1950 la velocidad de los discos era de 78 r.p.m. y la introducción en 1948 de los de 45 y 33 r.p.m. ganó terreno a partir de 1951, año en que Atlantic presentó el primer sencillo en este formato. Otros sellos  como Chess, no lanzarían un LP de blues hasta 1958. Al final de la década, las 78 r.p.m. casi se habían desvanecido y los LP empezaban a imponerse.

T-Bone Walker, Goin to Chicago



· Chess Records




La familia Chess procedía de Polonia y formaron parte de las oleadas de inmigrantes judíos que llegaron a EEUU en las primeras décadas del s. XX
Los principios para adaptarse a su nuevo hogar fueron difíciles por el idioma y las costumbres. Cambiaron sus nombres polacos: los Czyz se convirtieron en los Chess.
La forma en que los hermanos Chess llegaron a convertirse en magnates de la industria del espectáculo es tan extraña como lógica. Tenían en propiedad una tienda de trastos donde vendían botellas viejas y uno de sus clientes, que era miembro de la organización de Al Capone, empleaba las botellas para sus actividades de contrabando. El paso de vender botellas vacías a venderlas llenas era natural y beneficioso, por lo que Leonard decidió montar una tienda de bebidas alcohólicas cuya clientela era en su mayor parte afroamericana. El alcohol y la música son compañeros naturales y Chess apostó por esta combinación casi desde el principio. En su primera tienda puso un jukebox y con el tiempo abrió un club. Parece ser que vender música grabada, como complemento de las actuaciones en directo, también era un paso evidente, y este fue el origen de su relación con el sello Aristocrat y de la creación posterior del sello Chess. Sus estratégicos movimientos no terminan ahí, y los hermanos Chess invirtieron en emisoras de radio; contaban así con otro elemento importante de la industria de la música en su cartera. Cuando Leonard Chess murió de un ataque al corazón en 1969 tenía preparadas ciertas incursiones en el mundo de la televisión.
(De unas botellas vacías a un pequeño imperio, digno de estudio en escuelas de empresariales)


domingo, 4 de octubre de 2015

Me and the devil blues. La magia negra en la música blues (11ª parte y última)

        

     El diablo del blues en el cómic.



El cómic también encuentra una fuente de inspiración en la magia negra y el blues.

Robert Crumb
Robert Crumb

Dibujante de cómic underground que tiene un gran amor hacia la música folclórica americana antigua. Es famosa su colección de discos de blues de 78 r.p.m. que está considerada entre una de las mejores del mundo. Esta unión entre la música y el dibujo fue quizá el causante de que recibiese el encargo de realizar la portada del disco de Janis Joplin, Cheap Thrills.
Podemos encontrar un recopilatorio de historias en un volumen titulado Melodías Animadas.


En este álbum el autor vuelca su amor al blues más primitivo. En la historia Voodoo Curse nos habla de la relación de Jelly Roll Morton con el vudú y la magia negra. Se basa en las conversaciones que el músico y su primera esposa, Anita González, mantuvieron con Alan Lomax en las que confiesa que las mismas fuerzas oscuras que le dieron la fama lo llevaron a la caída por no saber recompensarlas. También nos relata la vida de Charlie Patton y su pelea entre el bien y el mal y en ella nos muestra cómo se hace el pacto del diablo en el cruce de caminos.
También son famosas sus tarjetas de héroes del blues.


En estas tarjetas salen retratados tal y como fueron originalmente en su época los músicos del blues más antiguo.
El autor japonés Akira Hiramoto de Manga, publicó entre 2005 y 2007 una serie de volúmenes titulada Me and The Devil Blues basado en la vida del bluesman Robert Johnson.

Ha recibido varios premios y se ha editado en inglés y francés, aún no existe una impresión en español. En este cómic el autor nos sumerge en un viaje fantástico a través de aquellos años y en el que se mezclan distintas mitologías sureñas y personajes conocidos de los años 30. Podemos encontrarnos hasta con Bonnie and Clyde que acompañan al músico en su periplo.

 Conclusión:

Hemos visto como el mito del diablo ha viajado a través de la música durante distintas épocas, como se han demonizado estilos musicales y músicos.

También hemos visto como en el blues se ha utilizado muchas referencias a la magia negra. Pero hoy día, del hoodoo y su magia negra, sólo nos ha quedado eso, historias que contaban de forma oral los ancianos a sus nietos, para asustarles o prevenirles, quién sabe con qué fin, pero en las que creían fielmente aquellos desheredados de su tierra, que trabajaban de sol a sol maltratados por sus amos y que vivían en unas formas infrahumanas.
El hoodoo fue durante muchos años lo único realmente propio de los esclavos africanos de Norteamérica. Un nexo entre todos aquellos hombres y mujeres con unas raíces comunes en otro continente que se enfrentaban a un futuro desesperanzador. Arrancados de su tierra, de su cultura, de sus creencias y negándoles toda libertad y trato humanitario. Y a medida que fueron adoptando otras formas de expresión y unidad cultural como la música, incorporaron a estas todas las creencias que heredaron de sus ancestros y que les mantuvo unidos como pueblo y dotándoles de una identidad. Enriqueciendo con su expresión nuestra cultura del s. XX.