De la Gran Depresión al
Sueño Americano
· Los años 40
Antes de conocer el blues de Chicago tal y como lo conocemos
hubo una serie de cambios que impulsaron que el Blues pasara del campo a la
ciudad, de ser un género musical minoritario a un género mayoritario, con
alcance en radios y televisiones y que en la década de los 50 atravesara
fronteras conquistando Europa; y que de ser un género exclusivamente racial, se
convirtiera en un género de masas cuyos mayores consumidores, fieles seguidores
e imitadores fueran sorprendentemente los blancos.
A finales de los años treinta y principios de los 40, el
mundo estaba asolado por una gran recesión económica: la llamaron La Gran
Depresión.
En 1940 Franklin Delano Roosevelt fue reelegido por tercera
vez como presidente de los EEUU y creó el comité para las prácticas de un
empleo justo. La idea era investigar y destapar la discriminación en el
trabajo. Amplios sectores del sur se saltaban la ordenanza a la torera y en las
zonas donde sí la aplicaban se producían importantes casos de violencia racial.
En 1942 el comité se transformó en la comisión para la industria de guerra.
Durante la II Guerra Mundial la industria americana se centró
en el esfuerzo militar. Desde 1942 hasta 1946 no se produjo ni un solo
automóvil, pero si se produjeron, corrigieron, adaptaron y alimentaron las armas
de la industria militar con asombrosa velocidad. La industria de guerra creó
nuevos puestos de trabajo y progresivamente la nación fue quitándose el lastre
de la recesión. El empleo militar provocó la migración de muchos afroamericanos
hacia la industria y las ciudades, abandonando los campos. También este abandono
de los campos fue debido a la industrialización de estos, ahora una máquina
podía cosechar el algodón de 50 personas en el Delta.
Los años 40 lograron ampliar el espectro musical reflejando
la contraposición entre las penurias de la guerra y la recuperación económica y
la reconstrucción. La música blues, junto al jazz y todos los estilos musicales
y formas de arte, prestaron servicio al país durante la II Guerra Mundial como
propaganda y como bálsamo social. Las tendencias de la década pasada no desaparecieron
repentinamente, pero fueron susceptibles de cambios. Los jóvenes artistas del
Delta del Mississippi llegaban a Chicago y a Memphis añadiendo ritmos más
rápidos y modulados al viejo y rústico repertorio, subiendo el tempo y
allanando el camino para nuevos registros musicales, la música blues entró en
una nueva era.
Los cambios también llegaban a la industria discográfica. En
1940 se creaba el registro de la propiedad BMI (Broadcast Music Incorporated),
que significaría la posibilidad de salir adelante para los músicos negros,
descaradamente ignorados anteriormente por la clásica ASCAP, asociación
Americana de autores Editores y compositores.
Como el BMI estaba ansioso por ampliar su catálogo de títulos,
decidió adelantar capital a los sellos de las compañías que publicaran a sus
artistas afiliados, esto abrió las puertas a las jump bands y a los cantantes de blues. Muchos sellos se
especializaron en la música negra, como el blues, el jazz y el góspel. Ejemplo
de sellos: Aladdin, Savoy y Modern.
La revista Billboard que estudiaba la progresión de la venta
de discos estructuró el fenómeno de la música negra, en 1942 se la llamaba
Harlem Hit Parade. En 1945 era la Race Records y en 1949 a toda esta corriente
musical se la llamó Rhythm and blues.
Los artistas que más triunfaban en estos años eran John Lee
Hooker, Big Joe Turner, T-Bone Walker y sobre todo fue la edad de oro para el
saxofón y bandas cuyo solista fuera un saxofón.
En cambio el blues rural clásico que conocíamos del Delta se
fue diluyendo poco a poco y ya nadie prestaba atención a esos artistas rurales.
Big Joe Turner, Shake, Rattle & Roll
· La década de los 50
Los años 50 son la década dorada del blues, cuando alcanza su
máxima expansión. Los EEUU gozaban de una gran expansión demográfica, así como
crecimiento en campos como la automoción, la televisión o el desarrollo urbano
y suburbano y el país empezaba a divulgar sus productos culturales por todo el
mundo.
En los 50 se apoyó un programa de desarrollo de autopistas
con la intención de hacer el país más accesible en coche y de rebote esto facilitó
a los músicos sus desplazamientos. Largas autopistas cruzaban el país de costa
a costa. Comenzaban los movimientos antisegregacionistas y por la lucha por los
derechos civiles de los afroamericanos.
En todas las ciudades importantes del país, por lo menos una
emisora de radio reproducía música negra a diario y los adolescentes blancos
comenzaban a consumir cada vez más este tipo de música. A finales de los 50 las
discográficas comenzaron a re-mezclar y versionar temas de R&B con artistas
blancos.
En la radio, la celebridad de los pinchadiscos fue en aumento
al convertirse en piezas fundamentales para transmitir el R’n’R.
Los pequeños sellos que habían surgido en los años 40 eran
ahora potentes industrias discográficas todopoderosas, éstas pagaban a los
disc-jockeys para que pincharan canciones concretas, de manera que los temas
afroamericanos coparon las listas con mayor frecuencia.
Los músicos especializados en el country-blues habían sido
apartados con el advenimiento de los nuevos acontecimientos.
El resurgir del blues y su popularidad se debieron en parte a
los recién creados LP. Hasta 1950 la velocidad de los discos era de 78 r.p.m. y
la introducción en 1948 de los de 45 y 33 r.p.m. ganó terreno a partir de 1951,
año en que Atlantic presentó el primer sencillo en este formato. Otros
sellos como Chess, no lanzarían un LP de
blues hasta 1958. Al final de la década, las 78 r.p.m. casi se habían
desvanecido y los LP empezaban a imponerse.
T-Bone Walker, Goin to Chicago
· Chess Records
La familia Chess procedía de Polonia y formaron parte de las
oleadas de inmigrantes judíos que llegaron a EEUU en las primeras décadas del
s. XX
Los principios para adaptarse a su nuevo hogar fueron
difíciles por el idioma y las costumbres. Cambiaron sus nombres polacos: los
Czyz se convirtieron en los Chess.
La forma en que los hermanos Chess llegaron a convertirse en
magnates de la industria del espectáculo es tan extraña como lógica. Tenían en
propiedad una tienda de trastos donde vendían botellas viejas y uno de sus clientes,
que era miembro de la organización de Al Capone, empleaba las botellas para sus
actividades de contrabando. El paso de vender botellas vacías a venderlas
llenas era natural y beneficioso, por lo que Leonard decidió montar una tienda
de bebidas alcohólicas cuya clientela era en su mayor parte afroamericana. El
alcohol y la música son compañeros naturales y Chess apostó por esta combinación
casi desde el principio. En su primera tienda puso un jukebox y con el tiempo abrió un club. Parece ser que vender música
grabada, como complemento de las actuaciones en directo, también era un paso
evidente, y este fue el origen de su relación con el sello Aristocrat y de la
creación posterior del sello Chess. Sus estratégicos movimientos no terminan
ahí, y los hermanos Chess invirtieron en emisoras de radio; contaban así con
otro elemento importante de la industria de la música en su cartera. Cuando
Leonard Chess murió de un ataque al corazón en 1969 tenía preparadas ciertas
incursiones en el mundo de la televisión.
(De unas botellas vacías a un pequeño imperio, digno
de estudio en escuelas de empresariales)